Por: Ana Mirian Santana Murillo
En las pintorescas calles de la parroquia Leónidas Proaño, el espíritu navideño cobra vida a través de la solidaridad y el trabajo conjunto de su comunidad. Las festividades no solo representan una ocasión para celebrar, sino también para embellecer el entorno que rodea a cada residente. Entre la virreina y la señorita empatía, junto a la comunidad, se ha desatado una minga comprometida con la recolección de basura y el barrido de calles, dando paso a un renacer visual que refleja el esfuerzo conjunto.
Mileydi Macías, portavoz de esta noble iniciativa, comparte su perspectiva sobre estas festividades: “La Navidad es un tiempo de compartir, de ayudar y unirnos unos con otros. Estas fiestas son un intento de fortalecer la conexión entre cada persona que habita este rincón de nuestro mundo”. Con su participación activa, Macías resalta la importancia de unir lazos comunitarios y se muestra feliz de ser parte de esta ocasión tan especial.
Pero la solidaridad no es una virtud exclusiva de Mileydi. María Ávila, reconocida catequista, recalca que brindar una mano a la comunidad es una labor que se extiende más allá de las festividades navideñas. “Soy partícipe de ayudar a quien lo necesita todos los días del año. Sin embargo, este mes es especial, es el mes del Señor, y hay que celebrarlo”, enfatiza Ávila, destacando la importancia de celebrar la temporada de una manera significativa.
Así, entre mingas que van más allá de lo físico y se convierten en la expresión tangible de la unión comunitaria, pinceles que dan vida a las paredes y calles que resplandecen con nuevos colores, la parroquia Leónidas Proaño abre su corazón a la esencia navideña, preparándose para recibir las festividades con renovado espíritu y solidaridad.