Por Virginia Araya
Los exteriores de la Facultad de Comunicación se encuentran envuelta en arreglos interminables relacionados a la renovación de la infraestructura de la Uleam. A pesar que hace días se dio por concluido los trabajos, las calles representan un peligro para todos los que transitan por ahí ya que la obra está llena de incertidumbre.
Los estudiantes con sus pasos inciertos se dan cuenta de lo lento que avanzan estás mejoras. ‘‘Llevan más de un año arreglando las calles, pero no acaban dañan más de lo que arreglan’’, afirmó Luisa Vera estudiante de enfermería mientras caminaba molesta.
En muchas ocasiones estos arreglos no solo molestan a los estudiantes sino también a los maestros, el polvo de la construcción y sus ruidos se han convertido en un problema constante. Los cimientos como puzles sin resolver, esperan pacientemente la llegada del último fragmento que los complete.
Cada paso en esta obra inconclusa es un recordatorio de la falta de compromiso y coordinación de las autoridades encargadas, los escombros como barreras invisibles, causan inconvenientes para todos.
Las voces de aquellos alumnos como tormentas lejanas exigiendo una solución pronta y efectiva, los maestros como faros cansados, pero firmes, alzan su voz para que se tomen las medidas adecuadas para acabar la infraestructura que sigue en proceso.