Por: Viteri Chevez Saul
En un mar de telas y colores, en la tranquila ciudad de Manta, se encuentra una estrella de la costura que ha dejado su huella en cada puntada que ha dado. Carla Chévez, reconocida como una de las mejores costureras de la región, ha tejido una historia de éxito a lo largo de los años.
Carla Chévez, como una aguja hábil y precisa, comenzó a coser los cimientos de su carrera en la provincia de Los Ríos, en el pequeño pueblo de Ventanas. Como un hilo que teje pacientemente una tela, Carla fue entrelazando su experiencia y habilidades, dando vida a hermosas prendas para sus clientes.
“Ella durante muchos años se ha dedicado a la sastrería, le ha ayudado mucho en varios aspectos de su vida, como en tener más paciencia, mi niña se ha sacrificado mucho, ha tenido muchos momentos de aprendizaje y momentos de alegría”, confesó Juana Jiménez, madre de la famosa costurera mientras expresaba orgullo con su semblante a través de una videollamada.
“Mi señora se ha sacrificado mucho, sin embargo, hemos hecho la inversión para poder tener una boutique para que ella muestre a más clientes su talento y don, han venido varias personas a comprarle en estos primeros meses”, puntualizó José Viteri, esposo, entrelazando sus brazos para impregnar firmeza a lo que dice.
Al igual que un botón de cierre que une dos extremos, el nombre de la boutique, Cache, simboliza la fusión de los dos aspectos más importantes de la vida de Carla. Las dos primeras letras de su nombre y apellido se fusionan para formar una palabra que resume su lucha y perseverancia. Es el reflejo de su identidad y de cómo ha hilado cada experiencia, cada sacrificio y cada alegría en su camino hacia la realización de su sueño.